Al conservatorio! Otra vez

                           Esta historia de mi vida es las que también  voy a recordar hasta el final de mis días.






Para explicarlo debo recapitular un poco sobres mis pasos. En verano 2001 hasta el verano 2007 estudié y viví en París. Allí terminé mi estudios profesionales de violonchelo. Al volver sabía que tenía que homologar mi titulación pero lo fui posponiendo por circunstancias familiares (que contaré en mis memorias) hasta 2011. En aquel momento se me respondió que a través del Ministerio de Educación de España que mis horas lectivas no eran suficientes con respecto a las españolas. 

Más tarde en 2016, con la entrada en vigor del la reforma educativa universitaria de Bolonia y animado por mi mujer decidí intentarlo de nuevo. Pero el resultado fue exactamente el mismo (hay que señalar que la respuestas a las peticiones de homologación suelen tardar entre 9 a 11 meses).
Por esto me vi abocado a tomar una decisión más drástica: o abandonar el tema en cuestión o luchar por ello. Mi decisión fue lo segundo y decidí empezar a estudiar otra vez la carrera de violonchelo, a la manera española, con sus horarios y asignaturas. 

Tomé contacto con Miguel Jaubert , que ya me había dado clases antes de irme a París y le comenté mi caso. Aceptó ayudarme en todo ello pero debía hacer los 4 años de superior al completo, ya que consideraba que era lo mejor desde el punto de vista personal, profesional y estudiantil. Me advirtió de lo que para muchos significaría verme allí y que debía bajar la cabeza para  no asustar los egos de nadie.

Así fue como en el curso 2018 - 2019 hice y mi prueba de acceso para primero de superior 11 años después de haber acabado. 
Lo bueno es que aunque había estado fuera del análisis, la armonía y el estudio de la es la historia me mantenía bastante en forma. 

Me gustaría entrar en detalle de año tras año pero lo cierto que quiero dar unas pinceladas en a grosso modo porque sería hacer un libro de lo vivido. Pues hay muchas cosas que me gustaría recordar tal cual como las viví otras quiero dejar una descripción por si en unos años todo es igual o se mantiene del mismo modo.

Capítulo 1 El salto generacional

Pues entrar a los 37 años de edad en el conservatorio supone un reto personal con respecto a la adaptación con los chicos que entran con la de 18 a 20 años. 
Entender sus gustos, su humor, su manera de relacionarse, de expresarse y identificarse fue totalmente inesperado. Por lo cual me alegro de todo ello pues todo esto ha sido como reconstruirme a los nuevos tiempos (aunque aún estoy muy alejado de aquellos que tenían entonces 13 o 14 años).

Este salto generacional de las relaciones humanas no fue fácil pero tuve la suerte de encontrarme algún que otro alumno de mi quinta o más de un profesor que simpatizó conmigo y entendió lo que estaba ocurriendo. 

En cuatro años puedo decir que me he encontrado de todo, jóvenes que quieren seguir haciendo música porque les apasiona, otros por probar, otros por empuje familiar y aquellos que son genios de la misma por lo que deben estar en las instituciones que le pertenece por derecho natural. 

Me he desarrollado con ellos con bastante soltura, no tanto ellos conmigo pues era un completo desconocido (yo no venía del profesional, ni de su instituto, ni de su banda), pero como siempre hay quien se relaciona mejor y otros peor. Aunque sigue siendo el sexo femenino el que tiene la mayor seguridad de hablar con desconocidos. 

Estar con  gente la mitad de joven que tu también te lleva a volver aprender los recursos digitales que existen y ver como muchos de ellos se manejan increíblemente bien. He aprendido muchísimo con ellos al respetos.

Me queda mucha pena no haber podido intimar  más con ellos, pero es lo natural. Yo soy un carca ya antes sus ojos aunque mi corazón siga vibrando igual o más fuerte que antes por la músico, sólo que ahora conozco los sentimientos que me abordan y puedo comprenderme y disfrutar lo que estoy viviendo.


Capítulo 2 los profesores 

En este capítulo quiero dar unas pinceladas de lo que ha sido esta experiencia de ver viejos y nuevos profes en el Conservatorio (ya me extenderé en mis memorias).

Pues hay un sabor agridulce en mi vuelta. Está al 50% del bien y mal. Me he encontrado profesores que sudan la camiseta para mejorar el centro, para enseñar y para que todo salga lo mejor posible pero también me he encontrado profesores que siguen entrando y saliendo con una corona de semidioses por la puerta de las aulas, profesores viejos y nuevos. Estos últimos ni se lo curran ni lo pretenden hacer pero eso sí, todo lo que sueltan por la boca es que hacen lo contrario. 
Me ha dolido mucho tener que ver el desfase cultopedagógico  que hay entre este profesorado y lo que tuve en Francia. No entiendo muchas veces como son capaces, clase tras clase tener la misma actitud. 

Mejor hablamos de aquellos profesores que me marcaron en estos cuatro años positivamente. Por ejemplo el caso de Doris Díaz Jerez, su pedagogía para el contrapunto me abrió las puertas del cielo y la curiosidad, también la confianza para componer más asiduamente, sin sus aportaciones no me habría convencido de que puedo componer. Y aunque estoy aún en proceso de mejora, cada clase con ella la recuerdo con especial cariño. 

También quiero recordar Miguel Ángel Linares que me dió Música de nuestro tiempo y que supo darnos los pilares de la música del siglo XX. Aunque sus clases eran muy comunicativas y no de grandes contenidos sirvió para dar a los chicos una visión más amable de la música que se hacía incomprensible. En mi caso, siempre he sido amante de lo contemporáneo , estaba en mi salsa. Repensar y recapitular las sonoridades que cambiaron tan rápidamente me encantó.

También quiero nombrar a Mar Beltrán, José Labarra y Eva que me pareció de un valor incalculable cada clase que hice con ellos, por la pasión, el la organización y dinamización que pusieron en ellas. Sinceramente no se puede hacer mejor. Lo único que aprecié, es que mucho contenido se podía dar en 4 meses y no hacía falta hacerlo en 8. Tal vez el sistema debería aceptar la posibilidad de hacer asignaturas cuatrimestrales y tal ve dar dos asignatura el mismos profesor al mismo grupo. 

También existe el tema de la cantidad de contenido por curso. Cierto es que cuando tienes 20 años, una vida no muy organizada ni dedicada en exclusividad a la música el contenido de las asignaturas, como historia, pedagogía o otras teóricas resulta demasiado. Pero cuando tienes un edad y sabes tus propósitos sabes cuanto tienes que dedicarle para lograr tus objetivos y no es tanto. Es un tema espinoso. 

No voy a nombrar a más profesores porque creo que lo dejaré para otra ocasión. Siempre creí que mi generación transformaría el panorama musical, lo diversificaría y lo haría más rico he interesante. Lamento haberme equivocado. 

Capítulo 3 El Centro

Sobre esto tengo varias cosas que decir ya que fuÍ elegido como representante del alumnado en enero 2021 y también representante del alumnado en Enseñanzas Artísticas de Canarias. 

Pues sobretodo ver que las relaciones Conservatorio Profesional con Superior siguen siendo pésimas pues es triste. Se intenta mejorar, se intenta hacer aproximaciones pero siempre surgen temas que los enfrenta. Y es que convivir ambos en el mismo centro no ayuda nada. Sé que es una inversión hacer otro centro superior pero por temas de salud mental para todos  es lo mejor.  Y es que tanto la sede Tenerife como la de las Palmas no necesita un gran inmueble ya que los alumnos de cada  centro nunca superan los 160 alumnos por año.

Las instalaciones son buenas, mejorables, pero están por encima de la media. También hay que decir que los el material está muy desgastado.

El alumnado termina sin una titulación clara (el título de licenciado en Interpretación nada de un instrumento y en el caso de de los de Moderno es peor).

También la consejería Obvia el hacer un suplemento al título cuando acabas por lo que demostrar lo que has hecho y estudiado durante 4 años se vuelve una odisea nueva.

La situación del profesorado en estado de interinidad aquí también es lamentable. Evitando las oposiciones (por culpa del mismo profesorado que lleva 25 años sin poder opositar y ya no está dispuesto) y dejar a nadie fijo.

La necesidad imperiosa de que el Conservatorio se rija o por la universidad o como centro de enseñanza independiente es vital, pero abandonar la denominación y la crucificación que supone estar denominado como Centro de Enseñanza no reglada para Adultos. La consejería no entiende ni lo pone más fácil este tema dejándolo así. 

Otro de los aspectos a nombrar es que los estudiante de música (siendo una licenciatura) no tienen la misma consideración que los alumnos de universidad para los descuentos del transporte público. 

En la sede de Tenerife no hay un depositorio digital para los trabajos de investigación sólo conceden dejar una única copia física. 

Hay más temas que dejo en el tintero pero quería dejar representado los que considero que son de atención inmediata. 


Capítulo 4 las actividades dentro del centro

Pues es verdad que va por proyectos y que intentan involucrar a mucho alumnado. Están las audiciones y los conciertos de alumnos, que algunos instrumentos hacen y otros no. El alumnado de composición se desarrolla a través del alumnado de interpretación si consiguen que cooperen. Musicología intenta hacer presentaciones públicas pero tampoco tiene muchas salidas. En definitiva se hace lo que se puede pero a veces también muchos hacen lo que quieren. No puede ser que no se busque una programación fija anual del alumnado. Pareció en época de pandemia, mientras las clases eran desde casa que hubieran más iniciativas por parte del profesorado (habiendo muchas menos posibilidades). Me pareció que cada año cada iniciativa dependía del ánimo de algunos profesores. Cierto que hay un curriculum que seguir pero no obstante la actividad artística depende del proceso colaborativo constante y no del depende ocasional. 
También la visión que se da de la música clásica dentro del conservatorio es nula. Han habido intentos, dependiendo de que directiva esté, de acercar con las redes sociales pero ni en esto se han puesto a pensar lo suficiente. 
Acercar la  música clásica es deber del conservatorio. 
























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