Premio Canarios de La música 2019 y el peligro de los teclados electrónicos



Este post lo he querido escribir hace mucho tiempo y lo he pospuesto porque quería hacerlo desde la cabeza fría. Es una historia anecdótica que recordaré siempre muy a mi pesar.

Todo empieza cuando se celebra la primera edición de los premios Canarios de la Música. Gracias al trabajo discográfico de Alexis Alonso Quartet “live in Jamboree” quedamos finalista al mejor álbum jazz de año. El premio se lo llevo el gran disco de Simbeque Vol. 1. 
No tengo muy claro por qué pero se nos invitó a tocar en directo a la gala (tal vez ya se sabía el resultado previamente y nos querían dar una consolación). Nos hizo bastante ilusión ya que era tocar en el hermoso teatro Leal de la Laguna en directo para la Radio y Televisión Canaria. 

La cuestión es que fuimos por la mañana a probar sonido y todo fue bien. El formato aún era el cuarteto: Agustín Buenafuente al contrabajo, Roberto Amor a la batería, Alexis teclado y yo el cello. No hubo ningún problema aunque no todo el mundo estuvo  para la prueba de sonido. Pero si quería la organización hacer el pase tal cual pues tenía que ir todo muy hilado para la gala.


Quedamos a 20h para estar en el público como espectadores desde el principio. Y así fue, llegar saludar a todo el mundo, foto en el Photocall, coger sitio y ver la entrega más la actuación de los compañeros. 

Estábamos escuchando a una compañera cantar en guanche junto a su pianista cuando nos llama un acomodador que debemos ir rápido entre bambalinas que somos los siguientes en tocar.

Apuramos el paso pero al entrar detrás del escenario la realización y los coordinadores empiezan  a empujarnos que tenemos que estar ya en escena. A penas me dio tiempo a coger el cello. 
Ni si quiera volví a afinar el cello con el teclado porque lo encendieron justo después de subir el telón (confié que el cello estuviera aún bien afinado de la prueba de sonido).
Pero nada más lejos de la realidad. 

La canción que tocamos fue “Nights” de Alexis. Está en do menor (3 bemoles) y modula la menor. Empieza el bajo con piano y batería, a los 8 compases entro yo con la  melodía. La cuestión es que cuando Alexis toca el arpegio de entrada escucho que está en otra tonalidad más baja, pero dudando de mi oído relativo toqué la cuerda do al aire para asegurar... estaba en lo cierto estábamos en otro tono. Miro Alexis con cara de extrañado pero él empieza a sonreír. NO entendía nada. ¿Era una broma musical? 
Justo en ese momento me doy cuenta de que el bajo no está. Agustín está haciendo playback buscando la tonalidad pero yo ahí no me daba aún cuenta de eso. Por otro lado Roberto empieza a encenderse por que no entramos a tocar ninguno de los dos. Los dos esperan mi entrada, yo miro Alexis y le pongo cara de “dale tu”.  Después de dos minutos de intro inerte por fin Alexis toca al piano el tema y ya directamente modula al fin de este en vez de darle dos vueltas como siempre. Me empiezo a poner nervioso ¿tanto se desafinó mi cello? Poco a poco empiezo a dar con la nueva tonalidad pero justo cuando pillo el ciclo armónico de los solos... volvemos al tema del principio. Ahora estoy menos perdido pero no encuentro del todo la tonalidad. Alexis acaba tocando el tema.  Yo lo miro y le digo “¿qué haces?” Ni me miró. Cierra el tema después de un largo solo de batería y piano, bajo inexistente hasta el final y cello perdido que suena fuera todo el tiempo. 


Roberto salió por patas maldiciendo los 5 mares. Alexis se baja y me pregunta ¿qué pasó? ?¿por qué no tocabas? Yo le conté y le pregunté porqué cambió la tonalidad. ÉL no se había dado cuenta. Fuimos a mirar el teclado porque le dije que entonces es que los que tocaron antes le cambiaron el transporte. Efectivamente! Le habían bajado un tono porque la cantante no llegaba al registro en que grabó la canción. 

Yo me cabreé muchísimo. Con el compañero que tocó antes el teclado, con Alexis pero sobretodo conmigo por no haber tenido el valor de pararlo todo y  ver que pasaba. También me molestó muchísimo la actitud de Roberto porque ni si quiera preguntó que había pasado si no que enseguida tuvo una reacción violenta con nosotros.
Me sentía muy avergonzado con los compañero del sector que me escucharon esa noche buscar notas(en un instrumento como el mío). 

Nada más llegar a mi casa escribí una retahíla en mi muro de facebook. Muchos compañeros se compadecieron, otro ni se dieron cuenta, algunos defendieron al compañero que tocó el piano antes...

Estuve a punto de mandar todo para el carajo. LLevando Agustín a su casa el me quitó hierro al asunto pero al igual mi deseo arreglar lo sucedido.

Con el tiempo le he quitado hierro al asunto y ahora hasta me río pero reconozco que ha sido de los episodios más vergonzosos sobre escena. 

La moraleja que me dejó esto fue básica: para las cosas que están desde el principio a tiempo.




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