"Resistencia y talento". Sinfonía Nº5 de Shostakovich




1 . Introducción 
En este trabajo vamos a abordar parte de la vida y obra del compositor ruso Dmitri Dmítrievich Shostakóvich. Un autor que no pasa inadvertido para la historia de la música occidental contemporánea. No sólo por el gran talento creador que le definía si no también por el lenguaje compositivo que desarrolló a lo largo de su carrera y lo caracterizó como compositor. Las siguientes líneas intentarán transmitir la importancia vital que tuvo la creación de su quinta sinfonía. Tanto para la supervivencia de su carrera artística como en la vida personal. 


2. Contexto histórico


2.1 Breve biografía. 
Dmítrievich Shostakovich nace en 1906 en el seno de una familia humilde en Leningrado, lo que hoy conocemos con San Petersburgo. Siendo el segundo de tres hermanos que se iniciaron en la música a través de su madre.
El pequeño Mitia, así lo llamaban dentro del círculo familiar, desde muy pronto mostró sus altas capacidades para la música. Fue por ello que no dudaron en mandarlo al Conservatorio de la ciudad desde que tuvieron oportunidad (1919). Ahí tendría la oportunidad de estudiar con Maximilian Steinberg, profesor de Stravinsky, Prokofief o el mismo Glasunov que también daría clase al joven compositor en esta rama pero más próximo a la idea de un mecenas que defiende a su artista. Su faceta pianística se impulsaría con el maestro Leonid Nikolaiev que le llevaría a plantearle la carrera como solista. Pero la familia Shotakovich tras la muerte del padre (1922) sufrió un gran revés y sus dificultades económicas se vieron acentuadas, por lo que al año siguiente el joven Mitia, con dieciséis años, empezaría a trabajar en los cines de la ciudad tocando el piano, añadiendo la música a las películas mudas. 
Dentro de la composición clásica, el primer gran éxito que visionaba la carrera del autor fue su Sinfonía Nº1(1925). Una partitura que aunque fue acogida con modestia por sus profesores el público la recibió con entusiasmo e hizo que su fama no dejará de crecer. 
Shostakovich tuvo que reformularse artísticamente varias veces en este periodo de su vida. Debió elegir entre poder hacer la música de vanguardia que venía de occidente o seguir la tendencia que imponía el sistema sociopolítico soviético. La imposición totalitaria de Stalin nunca dejó mucho margen. Con el tiempo crearía más de quince sinfonías, doce cuartetos de cuerda, sonatas, tríos, conciertos, entre muchas otras... convirtiéndolo en el compositor más emblemático y querido por el pueblo ruso. Su fama cruzaría las fronteras y los directores del mundo se disputarían  los estrenos de sus obras. Su obra en gran parte representa una extensión de sí mismo en los diferentes momentos de su vida. Y muchas veces podemos trasladar sus circunstancias a lo que oímos en las obras. 


2.2 Desarrollo artístico político 
Para comprender un poco más a Shostakovich debemos comentar genéricamente la situación cultural y social política a partir de la Revolución de 1917.
Tras la Revolución, el movimiento comunista intenta desarrollar un sistema cultural cercano a la vanguardia, lejos de toda tradición burguesa o formas establecidas por la aristocracia centro-europea. Es por esto que nace el interés por la tecnología y se introdujo instrumentos como el Theremin, la mecánica para la representación del trabajo en la fábrica del proletariado, o como en la obra  Sinfonía para silbatos de fábrica de A. Avramov y, cómo no, los sonidos de oriente, por lo que se llegó a crear la Sociedad para la Música de los Cuartos de Tono. Así pues, se promovió la idea de un “modernismo soviético” que realzaría el nuevo Estado del proletariado. Pero llegaría Stalin al poder en 1929, y el cambio de concepto sucedió con él. Aunque al principio parecía promover las ideas modernas artísticas, poco a poco fue encauzando la idea arte del pueblo hacia lo que él consideraba que debía ser. Introdujo el término “formalismo” para denunciar todo aquello que podía tener un aire de modernismo de occidente. Retrajo la evolución artística y la iniciativa del “todo vale” de los creadores rusos, generando miedo y terror a los artistas amenazándolos a ser deportados a Siberia, excluyéndolos así de los círculos culturales o, tal vez, algo peor. En la década de los años treinta la brutalidad de Stalin y su totalitarismo se desarrolló hasta alcanzar una nueva denominación  “la era del gran terror”. Donde el arte debía estar al alcance del pueblo y exaltando los esfuerzos que este hacía para que la “revolución” se estableciera. 



3. Vanguardia. Éxitos y fracasos.


3.1 Primero pasos compositivos antes de la Sinfonía Nº5
Shostakovich desarrolló un gusto sonoro particular desde el principio. Dónde se mezcla su fuerte personalidad, con el nerviosismo que le iría esculpiendo. Un gusto por lo burlesco y lo sarcástico. Además fue alguien que no dudó nunca de su música.
Las primeras miradas, en la composición, desde la adolescencia, cubre un amalgama de gustos. Su educación fue dentro y hacia un post romanticismo. Pero su curiosidad era hacia las nuevas tendencias provenientes de centro Europa. Debido al inicial movimiento revolucionario, los conciertos en las salas de Leningrado atraían obras recién estrenadas de Webern, Berg o el mismo Stravinsky. Que el joven Mitia pudo absorber aunque él emprendiera un gusto ruso sinfónico bastante romántico en un principio. Su primera obra fue un  Scherzo para orquesta, también su trío Op.8 o su primera sinfonía son la muestra de esto. Pero en piezas como Aforismos Op.13 para piano solo, ya hay una tendencia a la música contemporánea de la década de los años veinte. Este interés por la innovaciones le haría inscribirse en la Asociación de Música Contemporánea (ASM; Assotsistsia Sovremennoi Musyki). Sus experimentaciones se escuchan en la música de obras como La Chinche, Sonata para Piano o su sinfonía número dos. Esta tendencia a innovar fue mirada cada vez peor por el partido comunista. Que programaba cada vez menos al joven compositor. Aunque las obras fueran aceptadas por el público. Su música para su primera ópera, La Nariz (1928), fue un acabose. Pues introducía cosas tan poco común como un Intermezzo exclusivamente tocado por la percusión (E. Varèse compone Ionisation tres años después por lo que Shostakovich fue el primero en componer una pieza musical sólo para percusionistas), efectos sonoros para enfatizar gestos o movimientos de los actores, ritmos frenéticos populares como el foxtrot, etc. Y el partido, o la cada vez más presente Asociación de Músicos del Proletariado, empezaron a señalar a Shostakovich como un músico lejos de los estandartes de la Revolución. Por lo que le empezó a tener problemas de programación en las salas. El primer movimiento por palabras del propio autor es “la agonía de un hombre que sabe que el destino



3.2 Lady Macbeth de Mtsensk
Para comprender la trascendencia de la Sinfonía Nº5 hay que comentar la circunstancias que rodearon a la segunda Ópera de Shostakovich Lady Macbeth del distrito de Mtsensk. 
Dicha obra, que tardó en concluir casi en tres años, fue siempre una ambición personal del compositor. Desde sus primera audiciones en privado se auguraba su éxito. Y así lo fue desde su estreno el 22 de enero de 1934 en Leningrado y dos días después en Moscú. La fama de Lady Macbeth no tenía precedentes. La exaltación que creó dentro del pueblo ruso, en la cultura e incluso en el partido soviético. Pronto la partitura llegó a Europa y luego América. Shostakovich fue reclamado en todas partes. La fuerza dramática musical, sobretodo en el cuarto acto, era algo nuevo que conmovió a la mayoría de los oyentes. 
La situación músical de Shostakovich cambió radicalmente. Pasó de ser considerado el Enfant terrible, que los círculos culturales temían por sus sonoridades ¨contemporáneas¨, a la imagen de compositor soviético por antonomasia. 
En verano de ese mismo año el celebérrimo escritor ruso Maxim Gorki presentó en Asociación de Escritores Rusos la doctrina del Realismo Soviético. Que describe la escritura que debía de hacerse para que sirviera y ayudara al pueblo.
El partido cogió estas directrices para inculcarlas en las demás artes. Sometiendo a los creadores a una fórmula de creación rígida en lo temático y estilístico. He aquí cuando empieza la época del gran terror para los autores. Pues si eran acusados de formalismo por el partido o denunciados por camaradas de la misma fuente artística, por no seguir las directrices de la idea de Realismo Soviético, su destino podía verse drásticamente truncado. Hay que añadir que Stalin había disuelto todo tipo de asociaciones musicales en 1933 para supuestamente reducir la burocracia y los juicios de valor artístico. Pero lo que realmente estaba haciendo era centralizar todo al gusto de su persona. De forma que casi fuera él quién dijera que estaba bien y mal en todos los sentidos artísticos.
El 26 de enero de 1936 Stalin fue a ver Lady Macbeth, dos años después de su estreno. No llamó al compositor al palco para hablar con él como era de costumbre. La única declaración que se le conoce al respecto de este tema fue descrita por un crítico del Isvestia que le preguntaba al salir que le había parecido “Esto es una estupidez, no es música”1, Stalin (como citó K. Meyer,  2011, pag.173).
Dos días después, la revista Pravda, hacía una crítica sin concesiones a Lady Macbeth. Dicha crítica era anónima y mucha gente cree que fue dictada por el propio Stalin. Se llamó “Caos por música a propósito de Lady Macbeth”. Este tipo de cosas es la que arruinaban la carrera de un artista. Y así fue como le pasó Shostakovich. Pronto se vió con la censura a su ópera en todo el país, un bando de los compositores lo tildaron de formalista mientras otros lo defendieron, cayeron los compromiso de encargos de obras, pasó a estar en el círculo de los repudiados y gracias a unos pocos amigos no desapareció del mapa cultural. Pero el partido lo había marcado y por ello incluso fue interrogado y acusado de terrorismo contra Stalin (una excusa para intentar quitarlo del medio pero afortunadamente, la suerte corrió de su lado esa vez). “La fuerza de la música se pierde… en intentos formalistas de carácter pequeñoburgués y siempre estériles o en pretenciosos ensayos de originalidad. Pero este juego puede terminar muy mal”2 Pravda, (como citó K. Meyer,  2011, pag. 174).
A los treinta años Shostakovich había pasado de un extremo al otro de su carrera. Desde el estreno de Lady Macbeth a penas había presentado alguna otra obra y tenía en el cajón de su despacho casi terminada su Cuarta Sinfonía. Desgraciadamente esta no vería la luz debido al lenguaje comprometido con las tendencias contemporáneas, más una extensión en duración, poco común, siendo olvidada durante décadas por consejo de los propios amigos del compositor. 


4. La Sinfonía Nº5


4.1 Antecedentes a la sinfonía
La situación de indigencia artística a la que fue sometida Shostakovich hizo que se refugiara en la pedagogía, en el área de composición, para poder mantener a su familia, por consejo de sus amigos. Pues a penas le dieron la oportunidad de componer para las bandas sonoras de dos películas de propaganda soviética en un año. En abril de 1937 comenzaría este nuevo camino en el Conservatorio de su ciudad natal que duraría diez años. Pero curiosamente este comienzo le ayudó a emprender su nueva sinfonía, que apenas escribiría en poco más de tres meses. 
El veto a Shostakovich era tal que cuando el entorno de amigos de este promovió que se estrenará su nueva sinfonía, se organizó una asamblea de compositores de Leningrado para ser sometida a juicio la obra. Pues continuaba el gran terror en las vidas de los civiles. Y no sólo peligraba Shostakovich si no también su entorno al ayudarle. La representación de la obra a cuatro manos no dejó dudas, había que interpretarla. Se decidió representar la sinfonía en los diez días de celebración de la XX Revolución de Octubre. Y lo dirigiría un joven Mravinsky, que apenas tenía tres años más que Shostakovich. Era una oportunidad para redimirse y volver a la consideración del partido que tanto le estaba presionando tras un año y medio de asfixia personal. Es por esto que Shostakovich, a pesar del espontáneo interés que volvió a levantar tras conocerse la noticia de su nuevo estreno, que decidió no ocuparse a ningún otra composición. Asistió a todos los ensayos, trabajó minuciosamente con Mravinsky y aceptó tocar como solistas cinco días antes su propio concierto para piano dirigido por Rabinovich.


4.2 El renacer de Shostakovich
El estreno se realizó el 21 de noviembre de 1937 en la Sociedad Filarmónica. La sala estaba abarrotada. Había un ambiente de júbilo y de expectación. Muchos querían ver la destrucción total de joven compositor o su renacer. Tras la crítica en Pravda a principio del 1936, una especie de morbo cultural se había creado entorno a cómo acabaría Shostakovich. 
A la conclusión de la interpretación el triunfo fue delirante, unánime, ensordecedor. La gente había comprendido que una nueva obra de arte había nacido. Más de media hora de aplausos, incontables veces sacaron al compositor a escena para aplaudirlo. El teatro empezó a disminuir la luz de la sala para que la gente fuera saliendo. Tuvieron que sacar a Shostakovich por un lateral para poder salir del teatro.
Esta noticia llegó como el viento al presidente del Comité Cultural en Moscú, que siendo Shostakovich el autor, abrió expediente  para que la Dirección del Partido de Leningrado decidiera en un nuevo concierto especial, si la nueva obra debía ser censurada. Afortunadamente la calificación de “tragedia optimista” por parte del partido selló el destino de la sinfonía hacia lo más alto. Su estreno en Moscú fue similar que en Leningrado. Y todos los detractores de Lady Macbeth al ver una aceptación por parte del partido y una euforia colectiva sincera, tuvieron que aceptar la nueva obra maestra. “Por primera vez intenta plantearse con seriedad y profundidad los grandes problemas filosóficos, se dirige a un círculo amplio de oyentes y se esfuerza por transmitirles sus ideas a través de un lenguaje sencillo y claro”3 Kavalevski (citado en Meyer, 2011, p.193).


5. Estructura de la obra


5.1 Características generales de la sinfonía
La  quinta de Shostakovich significó reformularse sin renunciar a su personalidad musical. Aceptando la crítica de Pravda pero simplemente rehaciendo una utilización de los medios sonoros que solía aplicar  de forma más comedida y concreta.
Pero la gran carga emocional en cada uno de los cuatros movimientos la destaca de las anteriores sinfonías. También la clara conducción melódica y las estructuras clásicas  para cada movimiento parece llevar la obra a un concepto más universal. 
Y a partir de ahora cada obra tendrá un pathos que harán reconocible y heredero de la traición desde Beethoven hasta Chaikovsky, a Shostakovich.
Moderato, Allegretto, Largo y Finale. Los cuatro tienen/desarrollan en un corte clásico, ya sea por la forma sonata, como scherzo, como moviendo lento o adagio y forma sonata cíclica. El desarrollo técnico y progresivo es de una maestría intachable. Tal vez en el tercer movimiento encontremos más claramente una idea posromántica que nos resuena a Sibelius o hasta el propio Mahler. Algo totalmente inusual hasta entonces en Shostakóvich. Pero que ya no abandonaría al autor.  El primero es “el canto cínico de un hombre que sufre el miedo”4 (Shostakovich, 1937) en forma sonata. Esta estructura clásica será la primera vez que la aborde estrictamente en una sinfonía. Su final apoteósico en la tonalidad de re mayor, la homónima de la original,  derrocha vitalidad y esperanza pero todo indica que es una sonrisa sumisa al brazo de hierro del totalitarismo stalinista. No de extrañar que el subtítulo de esta sinfonía sea “respuesta de un artista soviético a una crítica justa”. 
Esta nueva reformulación supuso el reinicio de una nueva etapa que alumbrará nuevas obras maestras. Y la posición suficientemente segura para seguir componiendo. 




6. Conclusión
Tal vez hoy no hubiéramos conocido si no una cuarta parte de las obras de Shostakovich si no hubiera sido por esta quinta sinfonía. Y casi de forma metafórica con la quinta de Beethoven, el destino tocaba a la puerta con esta obra en la vida el autor. Un fracaso, una acusación de formalismo más, una crítica desavenida del partido soviético y posiblemente hubiera sido su última obra. Y no hubiéramos podido disfrutar de las siguientes diez sinfonías que escribió. 
Por todo lo anterior dicho creo que esta sinfonía es la inflexión que hace que tu vida cambie para un destino u otro. Suponía prevalecer y por ello transformó su forma de escribir. Seguramente Shostakovich no sería él si no hubiera tenido que escribir esta sinfonía donde la pasión, se une a la supervivencia, la tradición y la personalidad. Lograr encontrar el camino del medio, como transmitía Buda en sus lecciones, es bastante más complejo de lo que aparenta. 
Personalmente comprender esta evolución de su lenguaje hasta la quinta sinfonía me ha parecido fascinante. Incluso el concepto “formalismo” que nunca me quedaba completamente claro. Shostakovich es un referente del siglo XX indiscutible. Lograr entrar aún más en sus ideas, en su comprensión estilística y todo lo que envuelve sus influencias, no es sencillo. Pues incluso el campo de la música de cine supuso para él experimentación e imaginación, que le ayudó a trasladar ideas y  conceptos dentro de las grandes obras. Si no hubiera tenido esa vida dura desde el principio tampoco sería él seguramente. Encarna pues, perfectamente, la idea de que la vida y las experiencias nos forjan. Que para llegar a lograr algo siempre necesitaremos ayuda y gente que nos guíe. Pues solos es completamente imposible. Sin los amigos, admiradores, mecenas que le rodeaban, Shostakovich tampoco hubiera logrado sobrevivir. Necesitó siempre un buen consejo. Y esto es algo que no se ha perdido. Que hoy en día se mantiene exactamente igual. Por lo que la historia nos sigue sirviendo para entender los errores del pasado para decidir nuestros pasos para el futuro.
Siempre me emociona la quinta de Shostakovich. Pero tal vez ahora la oiré con muchas imágenes, muchos nombres y muchas circunstancias en cada escucha. Reflexionando sobre lo delicada que es la vida y lo afortunado que somos al vivir el tiempo que vivimos. 


7. Referencias 
  • Harper & Row, (1995) The Memoirs of Dmitri Shostakovich (Editadas por Solomon Volkov). N.York.  4*
  • Meyer, K. , (2011). Shostakovich, su vida, su obra, su época.  Madrid. Alianza Música. 1*,2*,3*


5.1 Bibliografía 
  • Ardov, M.  (2006). Shostakovich, recuerdo de una vida. Madrid. Siglo XXI
  • Harper & Row, (1995) The Memoirs of Dmitri Shostakovich (Editadas por Solomon Volkov). N.York
  • Meyer, K. , (2011). Shostakovich, su vida, su obra, su época.  Madrid. Alianza Música
  • Ross.A.,  (2009). El ruido eterno. Barcelona. Seix Barral


5.2 Webs
- Rodríguez C. (2006) Score Megacine. España: Asociación de compositores de música audiovisual.
  • Инициатор и арт-директор проекта (2009) — Оксана Дворниченко. Rusia: Шостакович Ирина Антоновна. Recuperado de: http://live-en.shostakovich.ru


5.3 Tesis
- Osiris L. García (2012). Análisis de la obra para violonchelo y orquesta op. 107 en Mi bemol mayor de D. Shostakovich. (Tesis de Grado). Recuperado de: https://repository.javeriana.edu.co/handle/10554/11720

Comments

Popular Posts